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Looking for Something - Capítulo 20: Fénix Oscuro

  • Foto del escritor: Kyon Andres
    Kyon Andres
  • 28 abr 2020
  • 13 Min. de lectura

Sociedad de Almas, Seireitei


Kuchiki Byakuya, capitán de la sexta división, de esa forma se había presentado ante Bulow y Tec quienes intercambiaron miradas ante su repentina llegada, ambos notaban como el reiki del sujeto era superior a la media del lugar y eso podría causarles problemas. Observaban la destrucción del gigante al otro extremo del lugar donde se encontraban, percibieron con perspicacia como el capitán, un hombre alto de tez blanca, cabello negro y mirada penetrante, llevaba un adorno blanco en el cabello, que sin saber era símbolo de nobleza, y una bufanda blanca de seda; sacaba su katana listo para pelear.


Bulow tomó en sus manos nuevamente ambas Desert Eagle, debía examinar a su enemigo antes de atacar con todo lo que tenía, de esta forma podría incluso crear una estrategia y evitaría contratiempos adicionales. En cambio, Tec lo miraba con desdén y superioridad. Su rostro le recordaba a una persona de Paix y eso le hacía hervir en furia en su interior.


—Miserable —declaró Tec lanzándose al ataque con su lanza en la mano—. Te haré pedazos —completó asestando un golpe de su lanza contra la katana de su adversario el cual se defendía a toda perfección y sin mayor movimiento. Bulow observaba desde lejos como sucedía todo, su concentración fue interrumpida al notar que la serpiente por unos instantes se transparento, para finalmente desaparecer.


Byakuya utilizó su agilidad para atacar, moviéndose en el lugar a una amplia velocidad, para sorpresa del capitán, Tec le igualó en velocidad sin mayor esfuerzo, definitivamente la pelea parecía personal.


Bulow notó cómo una nueva presencia se manifestaba en el cielo de todo el Seireitei, por unos segundos pensó que podría ser otro de los guerreros del lugar, antes de notar un detalle importante, una tela oscura con símbolos arcanos en color rojo se envolvía en el brazo derecho, uno de los símbolos de los guerreros aliados de Abaddon.


—¡Un arcano! —declaró Bulow sin tener certeza de su aseveración. El capitán de la sexta división no tomó en cuenta sus palabras como algo de importancia, pero notó rápidamente como Tec se alejaba de su perímetro de ataque para observar el cielo. Escuchó notoriamente la maldición que pronunció ante la llegada de ese individuo. Quizá lo que el capitán comandante había declarado era real, existían dos grupos invasores.


—Deberías concentrarte más en la batalla —le reclamó Byakuya generando un mandoble con su zampakutō que golpeó el pecho de Tec, sin embargo, un leve corte apareció en su pecho en medio de la ropa desgarrada. Su reiki lo había protegido en su inmaduro descuido para no recibir más daño.


Bulow de dos grandes saltos inició una ráfaga de disparos en contra del capitán presente, todo ello con la intención de que Tec recobre presencia en el campo. Byakuya poseía una mayor velocidad en relación a su nuevo adversario por lo que esquivar los ataques no presentaba ningún problema.


Tec invocó una esfera de fuego con la cual quemó y cicatrizó su herida, por lo menos hasta que terminara su batalla. Se adelantó a Bulow, por lo cual dejo de disparar, y de un rápido mandoblazo intentó atacar a su enemigo, el cual lo detuvo sin ningún problema.


Byakuya de tres ágiles y rápidos saltos llegó hasta una edificación cercana, estiró su zampakutō y pronunció—. Dispersa, Senbonzakura


La hoja de su espada se dispersó en cientos de pequeños filos brillantes semejantes a los pétalos de las flores del cerezo


—¿Qué demonios? —declaró Tec al observar aquella liberación. Posterior a las liberaciones de las zampakutō de sus antiguos enemigos en armas materiales, no había previsto que se convirtiera un arma en pétalos de cerezo.


Los pétalos se dirigieron hacia Tec, dando varios mandobles con su lanza intentando evadirlos, pero era imposible ya que al frente tenía docenas de ellos. Los pétalos lo rodearon y en cuestión de segundos cada uno de ellos cortaron a Tec en alguna parte de su cuerpo, el guerrero cayó al suelo entre una salpicadera


—¡¡Tec!! —gritó Bulow con furia. — Eres un miserable


Tomó en sus manos la escopeta Western de su espalda con la finalidad de eliminar a su enemigo. Byakuya lo observó con tranquilidad y movió nuevamente el mango de su katana, todos los pétalos fueron hacia su enemigo con la misma intención. Bulow alcanzó una pequeña pistola Phyton que la lanzó hacia su enemigo. Al contacto con los pétalos se generó una explosión que dispersó los pétalos por distintos lugares.


Bulow apareció al frente de su enemigo a toda velocidad apuntando a la cabeza de su enemigo. Byakuya simplemente usó la agilidad para escapar a menos de un segundo de que la bala le hubiera dado de frente.


—Eres hábil —sentenció Bulow de inmediato


—Estoy harto de jugar —declaró el shinigami estirando el mango de su zampakutō. —Es hora de terminar contigo como lo hice con tu amigo


—¿De qué hablas? —inquirió Bulow arqueando una ceja. —Tec no ha sido derrotado.


El shinigami regresó a mirar a su contrincante, para notar que estaba sangrando en dos secciones de su cuerpo, el brazo derecho y la frente, notó con curiosidad como le sonreía con demencia y su lanza estaba en alto.


—Nos estás tomando a la ligera —sentenció Tec sonriendo, una pequeña hilera de sangre cayó por la parte derecha de su cráneo.


/*/


Zaraki Kenpachi avanzaba a toda velocidad por el Seireitei, sentía el reiatsu de su enemigo a poca distancia, esta vez no se equivocaría de camino. Empezó a dar grandes saltos para llegar a lo más alto de los edificios. En ese momento fue cuando la observó por primera vez, era una chica de cabello negro, la envolvía un vestido de color rojo de una sola pieza, en su cabeza llevaba un velo largo semi transparente que caía elegantemente en su espalda, no llevaba zapatos y se encontraba sobre una seta roja con puntos blancos. Sus ojos color miel localizaron al shinigami de inmediato.


El capitán de la undécima división dio varios saltos para mantenerse en el aire a la altura de la chica mirándole con evidente sorpresa. —¿Tú eres quien emitía ese reiatsu poderoso? —indagó


—Insensato —declaró la joven arcana moviendo su mano de forma evasiva, el shinigami sintió una gran fuerza que intentaba empujarlo, pero no lo logró. La joven se sorprendió al ver que el sujeto no había sido afectado por su ataque, más bien se encontraba sonriendo.


—Eso me lo dice todo, aunque me sorprende seas la más poderosa de los llegados —declaró el capitán con una sonrisa


—No me interesa lo que tengas que decir— dijo la joven. —Me han enviado a llevar una esencia, no tengo intenciones de luchar contigo, sencillamente no me gustan las batallas


—¿Qué? — gritó Kenpachi con molestia, su boca giró treinta grados al generar una mueca de sorpresa, las peores palabras que le podían decir se habían cumplido


—Lo que has oído —emitió llevando su mano derecha al rostro para recoger un mechón de su cabello que le molestaba. —Generalmente nosotros no ejecutamos esa frase y ese plan, considera como tú día de la suerte


Kenpachi cerró los ojos con molestia, aquella mujer en realidad le estaba molestando. —Has invadido este lugar por lo que tengo que detenerte


—Insensato —expresó de nuevo la joven al observarlo. —Estás haciendo que mi paciencia llegue a un límite —completó con rapidez, su mente deducía en que parte se encontraba la esencia que buscaba y tenía como objetivo primario de misión.


—Entonces me veo en la obligación de atacar primero debido a tu inseguridad, mujer —completó el shinigami sacaba su katana, el filo de la misma estaba desgastado por los millones de reyertas efectuadas.


—Insensato —continúo la joven al momento que cerraba su puño derecho con irritabilidad, tras dos segundos volvió a abrirlo, pero la palma de la mano apuntaba al cielo, una luz apareció y fue creciendo de forma perpendicular a su mano, en segundos desapareció quedando en su lugar una lanza roja en tonalidad oscura con un mango negro y plateado. —Has convocado tú muerte


—No lo creo —respondió Kenpachi con una sonrisa en el instante que se lanzaba al ataque.


Con agilidad la lanza convocada chocó contra la zampakutō de Kenpachi, el shinigami notó que la joven sostenía el arma sin mucha fuerza, pero detenía la katana con precisión. El shinigami uso la agilidad para atacar por el costado a la joven, pero ella dio un salto en reversa en el instante que movía su mano noventa grados y cortaba el pecho de Kenpachi sin dificultad. El shinigami estaba sorprendido al no haber previsto ese ataque.


—Tienes un reiki muy alto, pero parece que no puedes usarlo en ninguna forma— declaró la joven con una sonrisa de burla. —Pero el corte ni te ha inmutado. Me presentaré —declaró con tranquilidad, de improvisto un viento sopló con fuerza agitando el vestido rojizo.


El shinigami observó a la joven, en un momento le pareció sentir el reiatsu de la joven a un nivel de capitán del Seireitei, pero enseguida desapareció.


—Soy Igni de Bennu, guerrera al servicio del gran Abaddon —anunció la joven mirando el rostro de sorpresa e ignorancia del shinigami


—No sé de qué estás hablando —declaró el shinigami agitando con firmeza su zampakutō


—Insensato —declaró Igni con ira. Sin perder tiempo se lanzó al ataque, intentaba moverse a mayor velocidad para eliminar a su enemigo, pero este detuvo el ataque con la mano sin problema esta vez. —¿Qué? —declaró la joven arcana anonadada ante aquel suceso.


—No me subestimes —gruñó el shinigami causando un corte a la altura del abdomen a la joven, la cual usó su velocidad para desaparecer y materializarse varios metros lejos, su vestido estaba desgastado y una pequeña mancha de sangre color rojo oscuro aparecía en él.


—¿Cómo te atreves a destruir esto? —le gritó mientras sus cabellos empezaban a moverse con fuerza. —He decidido matarte personalmente, por ello no tengo tiempo para buscar el cristal —declaró en el instante que su guante empezaba a brillar. —Décimo noveno ejército —gritó, esto causó que varias luces aparecían a su alrededor, ante la mirada de duda de Kenpachi.


Las luces poco a poco fueron creciendo hasta que se materializaron un grupo de decenas de individuos humanoides con vestimentas blancas y máscaras de luz viva. En sus manos llevaban báculos de energía


—¿Nos ha llamado gran Igni? —declaró una de esas criaturas


—No tengo tiempo para buscar la esencia que solicitó el gran Abaddon, les encargo esa misión. Yo mataré a este sujeto —completó la arcana, las criaturas escucharon eso y se disgregaron por todo el Seireitei en busca de lo delegado.


—Empecemos la pelea —declaró la arcana. De improvisto la lanza en sus manos empezó a girar en forma de defensa, Kenpachi se lanzó con rapidez hacia su enemiga atacando con su espada. Al chocar, ambas armas causaron pequeñas chispas debido a que ninguno de los dos cedía.


Kenpachi usó su velocidad de nivel de capitán para atacar nuevamente a su enemiga, pero ella movió el brazo sin dejar de girar el arma, bloqueando el ataque. Kenpachi de rápidos movimientos causó un nuevo corte por el costado izquierdo de la joven.


La arcana dio tres saltos con la finalidad de alejarse de su enemigo ante la sorpresa de haber sido atacada nuevamente. Su contrincante no era alguien que pudiera ser tomado a la ligera y no podía perder tiempo y efectividad en el campo de batalla—. Revolución Arcana— gritó la joven


Kenpachi notó como el ambiente cambiaba drásticamente, se podía sentir el acrecentamiento de la fuerza de reiatsu en su enemiga a niveles altamente sorprendentes. En la parte posterior de la joven enemiga emergieron varias líneas de color blanco que relumbraron con fuerza para dar paso en cuestión de un segundo a un ave de largas patas y pico color amarillo, tenía plumaje blanco y gris que hacían juego con los ojos negros y alargados.


—¿Eso es…? —se preguntaba Kenpachi sin comprensión de la situación al frente.


—Bennu, un ave sirviente de los grandes seres ancestrales egipcios


El bennu observó a su enemigo y le miró con interés, pero su mirada se desvió al observar el gigante de Komamura y la serpiente de Chad—. Que agradable sorpresa, uno de los cuatro traidores se encuentra aquí


Así es —respondió Igni mientras sonreía—. Es hora de enviar al infierno a este insensato


—Será divertido— dijo el bennu estirando una de sus largas patas amarillas en dirección del capitán, pero la misma fue estancada por la zampakutō respectiva, repeliendo el ataque. El animal protector lanzó un rayo rojo de su pico para de estar forma terminar con su enemigo, pero para su sorpresa el shinigami se movió a mayor velocidad evadiendo el ataque. Igni apareció por detrás de él y le causó un corte en la espalda que lo lanzó al suelo por la fuerza del mismo.


—Me empiezas a molestar—declaró Kenpachi levantándose del suelo, se sacó su parche del ojo y su reiatsu de color amarillo empezó a brillar con mayor intensidad, al mismo tiempo los pequeños materiales de roca a su alrededor se desintegraban por la energía. Tanto la arcana como el bennu prestaban atención con sorpresa el poder que emitía su contrincante, y que con cada segundo iba aumentando.


/*/


Rula permanecía inmóvil en el suelo, sus heridas habían sido cicatrizadas con magia para que se no afectarán su reiki a mayor grado. Chad miraba con sosiego a su compañera, el hechizo funcionaba y era cuestión de poco tiempo en que se recobrara. No sentía ninguna fuerza en los alrededores, cerró sus ojos unos momentos, instante en el cual su mente divagó en sus recuerdos más profundos.


En los pensamientos de Chad se observaba a una joven Rula caminando en medio del pasaje de un parque, el cual lucía varias decenas de árboles frutales de distintos biomas, los cuales brillaban por su propia vitalidad y la frescura de sus alimentos. La altura de los árboles sobrepasaba los diez metros, por lo que el chocar del viento con sus hojas generaba un sonido muy tranquilizador en el ambiente. Un grupo de tres aves pequeñas con pelajes azules ofrecían un concierto de cálidos sonidos a los seres vivos que se encontraban cerca.


Rula vestía un vestido blanco delgado y un collar color rojo que le brindaba una belleza inusual. Su piel se veía brillante y lisa. Miraba las aves que cantaban con dulzura en su mirada.


Una mano apretó su brazo con delicadeza, ella miró al suelo por un período corto de tiempo al saber con total certeza a quien pertenecía. Giró su rostro cuarenta y cinco grados y al frente suyo un joven de cabello castaño claro le sonreía. Sus cabellos rebeldes caían peinados por un costado y desentonaban con el traje militar pulcro y cuidado que llevaba.


—¿Si comprendes qué mi decisión corresponde a lo que es mejor para nuestro reino? —declaró con calma el recién llegado, sus ojos color miel le miraron con seriedad.


No lo sé —respondió ella desviando la mirada al suelo


—La guerra contra Abaddon ha llegado a un punto crítico —explicó con rapidez, su mano tocó suavemente el mentón de la chica—. Debo ir a esa batalla


—Lo sé Kurt —expuso Rula mirándolo fijamente, su corazón latía fuertemente y el sudor de su cuerpo aumentó en cuestión de segundos ante la nerviosidad del momento—. No quiero perderte —completó en el momento que su frente se acomodó suavemente en el pecho de su acompañante.


—Intentaré que no me pierdas —contestó el joven. Su mano se dirigió al mentón de la chica y levantando su rostro le dio un beso lleno de dulzura, las mejillas de la chica se ruborizaron enseguida mientras devolvía el sentimiento recibido


Entre uno de los arboles dos guerreros les observaban con disimulo, habían quedado atrapados en el lugar sin poder moverse para no incomodar a la pareja, Chad sentía la incomodidad.


El pensamiento de Chad cambió a una escena posterior, la batalla había sucedido un tiempo prudente atrás y las noticias de los guerreros enviados a la misma, eran inexistente.


—Rula —declaró una joven de largo cabello que entraba por la puerta principal de la habitación, engalanaba un vestido oscuro ajustado al cuerpo y unas botas negras en las cuales se unía una correa que llevaba atada una daga blanca.


—¡Ryuna! —declaró Rula con sorpresa. En sus manos tenía una foto de ella junto a Kurt, la cual guardó en su bolsillo al ver a su amiga—. ¿Qué sucede?


—Ha regresado un soldado de la batalla en contra del imperio— completó la joven.


Rula de un sobresalto salió de la habitación a gran velocidad. Corrió por un largo pasillo, corría sin detenerse hasta llegar a una puerta de abeto, la cual empujó para entrar con urgencia. En ese lugar se encontraban reunidos varias personalidades de gran importancia entre militares, magos y miembros del concejo, todos ellos miraban a un soldado recién llegado. Rula y Ryuna se colocaron en silencio a un costado para escuchar.


Mi vida se está extinguiendo —declaró el soldado al terminar de tomar un vaso de agua—. Logré sobrevivir a un ataque perpetrado por Abaddon desde el interior de nuestras tropas. Poseo un cristal de memorias en el cual se guardan las memorias de los que no perecimos en ese momento, ahí ustedes pueden comprobar como fuimos traicionados y asesinados por el príncipe Kurt del reino perdido


Los murmullos en todo el salón iniciaron con rapidez. Rula permaneció en silencio sintiendo como su mano empezaba a temblar involuntariamente


—Puedes mostrar el cristal —declaró el rey


El cristal brilló por un corto tiempo antes de empezar a proyectar una imagen en el aire, en ella se miraba como el príncipe Kurt vestía una armadura de color negro y sin dudar iniciaba su ataque al ejército enviado en contra de Abaddon.


—Es imposible —declaró una mujer en el fondo—. Nos ha traicionado


Rula llevó su mano al bolsillo con rapidez, sacó la foto que había estado observado antes, de improvisto y con furia la aplastó con su puño


Chad dejó de recordar sobre esa situación, definitivamente todos habían sufrido en la batalla en contra de Abaddon y no permitiría que todo quedara impune, no después de que había sido parte de la causa del sufrimiento.


Universo Siete, La Tierra


Se podría decir con certeza que ella era la princesa de los saiyayin, pero pese a tener un título que indicaba poder, se plasmaba y sentía inútil ante la situación que franqueaba por sus ojos. Gokuh y Vegeta arremetían con golpes en contra de un sujeto de traje blanco ceremonial estilo oriental, en el mismo se observaban los bordados en material metálico de varias cruces doradas, ambas manos las llevaba atadas con unas cadenas al rojo vivo, pero a pesar de esos detalles que demostrarían debilidad, se defendía totalmente de sus oponentes.


Bra intentó moverse, pero no podía ya que su cuerpo estaba paralizado por el golpe recibido de aquel sujeto antes y su cabello color azul estaba cubierto de sangre, no se atrevía a mirar a un costado porque no soportaba ver el cuerpo sin vida de su hermano Trunks, o el de las personas que conocía y apreciaba, los que en conjunto eran conocidos como los guerreros Z.


El enemigo había llegado a su mundo de improvisto y empezó a aniquilar cada pueblo y lugar sin detenerse o con muestra de compasión, lo único había comentado en una transmisión internacional por televisión era que realizaba los preparativos para el gran Abaddon, sin que nadie tuviera una idea exacta de a lo que se refería. Un fuerte golpe lanzó a Gokuh lejos del lugar. En cuestión de segundos atravesó con una pequeña daga el corazón de Vegeta, el cual cayó pesadamente al suelo sin vida.


—¡Papá! —gritó Bra con terror, con un gran esfuerzo se levantó con dolor y corrió hasta el cuerpo de su padre. Tres sombras pasaron sobre ella, al regresar a mirar los reconoció ya que eran Yamcha, Tenshinhan y Chaoz.


El tercero creó un ataque de energía que lanzó sobre su enemigo, pero no le causó ningún efecto, los otros guerreros arremetían con ataques. El enemigo murmuró algunas palabras mientras aquella daga crecía hasta convertirse en una espada, con la cual cortó en dos pedazos a Yamcha. La sangre salpicó a Bra quien dio un grito de terror por la brutalidad del poder.


Tenshinhan creó una esfera grande de energía con la que intentaría matar a su enemigo, pero antes de que pudiera concluir el ataque sintió como una cadena aprisionó su cuello y lo rompió en pedazos. Chaoz arremetió con varios golpes, pero no significaban nada para el enemigo, en un descuido la mano del enemigo atravesó con su mano el pecho del chico.


El enemigo centró su atención en Bra, bajó del cielo hasta estar a pocos metros de ella, la chica generó una esfera de energía que lanzó al enemigo, pero tal como lo espero, no funcionó para nada. La tomó del cuello con fuerza. Ella observó cómo Gokuh se acercaba a toda velocidad lleno de furia y dolor.


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